Los nuevos dispositivos tecnológicos móviles y portátiles,
al igual que las tecnologías que han sido introducidas en el aula en el pasado,
deben tener cabida en ella, pero como parte de una intensión especifica en la
actividad docente y no como elementos distractores que entran en ella por
voluntad del estudiante. El maestro puede contener y resistir el embate de la
entrada de estas nuevas tecnologías y después de algunas rabietas logrará
desterrarlas de su salón o puede acudir a ellas para reforzar su práctica.
Estas
tecnologías pueden apoyar el currículo desde la concepción de una nueva
mediación que aporte en una convergencia de medios como apoyo a la
presencialidad, como aplicativos que medien en modalidades E-learning o
B-learning o ya sea con el diseño de material didáctico. Bien administradas
permiten un dialogo fluido y asincrónico extendiendo la formación más allá del
aula y permitiendo el seguimiento efectivo de los avances del aprendiz.
Al utilizarse como mediación en procesos educativos que
rompen la jerarquización docente-estudiante y que eliminan la espacialidad, se
atiende a un modelo de educación centrado en el estudiante donde la
construcción de su conocimiento pasa por la autonomía, la autorregulación, la
autodeterminación, la autovalía; es decir constructor activo de su proceso de
formación y por estas característica y la naturaleza de la codificación que
hace de la información y la interacción como dispositivo móvil de uso
individual, hablaríamos de estar desarrollando habilidades descontextualizadas
en un modelo constructivista y por su rasgo solitario desde el paradigma psicogenético.
Lo anterior no quiere decir que no se pueda incluir estas tecnologías en
prácticas situadas, donde el paradigma sociocultural y la construcción
colaborativa de conocimiento estén presentes, pero considero que su mayor
potencial se encuentra en la mediación asincrónica y a distancia.
Al plantear este escenario y acudir a la codificación de
información, estamos haciendo referencia a que el seguimiento del desarrollo de
la habilidades superiores del pensamiento es desde la palabra, siendo así,
desde las habilidades argumentativa, dialógicas, significativas, analíticas, sintéticas,
entre otras, podremos evidenciar los avances formativos del estudiante.
Hola Jorge,
ResponderEliminarMuy buena apreciación cuando hablas acerca del verdadero fin educativo de estos nuevos recursos, porque estamos frente a una sociedad que en una mínima parte le da un buen uso y apropiación a estas herramientas, tal es el caso del internet, donde la mayoría de estudiantes se dedican a copiar y no realmente a investigar; o los celulares inteligentes que entre sus ventajas esta la rapidez de la información, la cobertura, la disponibilidad y el acceso inmediato; pero desafortunadamente algunos usuarios poseen estos dispositivos solo por moda o por entretención.
Bueno pero ante ventajas y desventajas lo importante es que son a la hora de enseñar un recurso de aprendizaje que integrado al currículo formativo nos puede traer grandes beneficios, así que no nos queda más que adaptarnos y sacarles el mejor provecho.
Éxitos,
Nancy Yamile Monsalve
A01307852
Nosotros somos ejemplo de que la mediación asincrónica y a distancia es lo de hoy, hasta hace algunos años no se me ubiera ocurrido que esto fuera posible, emplear dispositivos electrónicos, aplicaciones y herramientas como google apps, sonaba como de ciencia ficción.
ResponderEliminarActualmente representa todo un reto el estar preparados como docentes para introducir a nuestros alumnos a este mundo digital, si bien algunos pueden adquirir los dispositivos móviles necesarios, nos enfrentamos a que el nivel socioeconómico es determinante, pueden proveerse centros de cómputo en la mayoría de las escuelas, mas es indispensable que se actualicen los contenidos curriculares de las asignaturas que se imparten a nivel nacional, para que el conocimiento deje de estar limitado.
Saludos cordiales