Para aproximarnos al diseño de actividades mediadas por la tecnología con la utilización de un enfoque sociocultural, es preciso abordar la manera como este paradigma asume los sistemas de actividad humana, entendidos como los sistemas de relaciones entre individuos históricamente condicionados y sus entornos más próximos organizados culturalmente (Lacasa, 2002), y las comunidades de práctica, para dimensionar su inclusión en procesos de aprendizaje.
Empezare por abordar el concepto de sistema de actividad humana. Como ilustra Fernández (2009, pg.42) Engeström propone una ampliación de la visión de Vigotsky en cuanto a los elementos que intervienen en el sistema de actividad humana. Vigotsky plantea que dichos elementos son el sujeto, el objeto y la herramienta cultural, dándole a la herramienta el papel de mediador entre el sujeto y el objeto dotándole de valor semiótico en la dimensión epistemológica, tomando la palabra y el lenguaje como protagonistas. Engeström al reflexionar sobre el carácter social de la acción humana, amplia este planteamiento y adiciona los conceptos de regla, comunidad y división del trabajo.
Este aparte sobre la teoría de la actividad humana nos permite empezar a develar conceptos que atañen al diseño de actividades con mediación tecnológica. Al hablar de mediación podemos ubicar a las tecnologías como herramientas culturales y al hablar de semiótica, como herramientas culturales capaces de codificar y decodificar en una relación entre sujeto de aprendizaje y objeto de aprendizaje.
Además, la visión ampliada de Engeström nos permite abordar la comunidad de práctica. La comunidad de práctica ilustra la actuación del sistema de actividad humana sobre un proceso que tiene tres características; una empresa conjunta, un compromiso mutuo y un repertorio compartido (Wenger, 2001). Para ilustrar, la empresa conjunta establece una red de personas dispuestas a realizar una actividad, el compromiso mutuo crea la cohesión necesaria para alinear los objetivos de los miembros y la comunidad, pero quiero hacer especial énfasis en el repertorio compartido, ya que en este escenario se negocian los significados que permiten traslapar las habilidades de los miembros de la comunidad en torno a la actividad en particular y más importante para el tema que aborda este escrito, en una comunidad de práctica educativa inmersa en un proceso de aprendizaje situado, permite llevar al aprendiz gradualmente al dominio de dichos repertorios hasta lograr la experticia.
De acuerdo a lo anterior, enmarcándonos en el enfoque sociocultural, la negociación de significados es mediada por herramientas culturales, lo cual nos ubica en un segundo escenario de inclusión de las tecnologías en la educación como herramienta cultural que permite negociar significados con el fin de construir en el aprendiz un repertorio específico de cierta actividad que le permita pasar de actor periférico a experto.
En este punto cabe hacer la distinción de tres procesos en los cuales se pueden introducir las tecnologías en la educación desde el enfoque sociocultural; El primero de estos es desde el apoyo a la práctica docente en la presencialidad, en el caso de la actividad situada con el fin de crear un entorno artificial donde se aporten a los organismos más jóvenes condiciones óptimas para el crecimiento (Lacasa [2002], citando a Cole[1996]). El segundo se da en la educación a distancia con mediación tecnológica y el tercero en la modalidad B-learning.
En el primer escenario planteado de apoyo a la práctica presencial y continuando con la línea de este escrito, haré referencia a la inclusión de las tecnologías en procesos de aprendizaje situado y colaborativo observados desde la óptica de la comunidad de práctica. He hablado de las herramientas como mediador entre sujeto y objeto y como negociador de significados y repertorios al interior de la comunidad de práctica, de acuerdo a lo anterior, la inclusión de tecnologías en el aula en un modelo situado y colaborativo debe estar enfocada en estos dos aspectos para el dimensionamiento de las actividades. De tal forma que al observar las tecnologías como instrumento semiótico de mediación entre el sujeto y el objeto se están proyectando desde el aprender de la tecnología (Montes y Ochoa, 2006) al ser concebidas como transmisor del conocimiento y desde el aprender con la tecnología (Montes y Ochoa, 2006) al concebir desde ellas actividades que involucren la construcción activa y colaborativa de conocimiento, donde se negocien significados. Por ejemplo cuando un maestro utiliza un video para socializar un conocimiento necesario en una actividad situada, se está aplicado desde el aprender de la tecnología, y cuando este diseña una actividad en la que promueve la participación y la interacción colaborativa en la construcción de conocimiento, como la construcción colaborativa de una wiki con conceptos referentes a dicha actividad situada, se está aplicado desde el aprender con la tecnología.
Una vez se ha resuelto el diseño de actividades en la práctica situada, el diseño de evaluación se puede evidenciar en la interacción, participación y resultados del estudiante en dichas actividades, las cuales se pueden potenciar como instrumentos de socialización del conocimiento y los significados construidos en el estudiante, que nos permitan hacer evidente el proceso de interiorización resultante del proceso colaborativo. Como Fernández-Cárdenas y Silveyra-De la Garza (2010) nos muestran en su estudio, es posible evidenciar el avance y la interiorización de conocimiento en el estudiante en una actividad situada apoyada con tecnología, en este caso pizarras interactivas, si se observan sus patrones de participación e interacción en la actividad. Este estudio además demostró que los procesos de participación en las prácticas situadas apoyadas con esta tecnología, resultan más dinámicas que las prácticas que carecen de ella.
Otro beneficio que aporta la inclusión de tecnologías en la práctica situada desde su valor semiótico y su capacidad para negociar significados, es que lleva al maestro a pensar las actividades desde la forma como el estudiante aprende y no desde la forma como él enseña, ajustando su labor docente a un modelo de educación centrado en el estudiante, y evitando de esta forma la tendencia a privilegiar la enseñanza sobre el aprendizaje, factor que dificulta la implementación de dicho modelo (Heredia y Romero, 2007).
Con respecto al segundo escenario planteado, en el proceso de diseño de actividades para educación a distancia con mediación tecnológica o E-learning con enfoque sociocultural, partimos desde el mismo enfoque del aprender de la tecnología y con la tecnología, es decir, explotando su potencial semiótico para la transmisión de contenidos y como herramienta constructora de conocimiento y significado.
La diferencia con respecto a la presencialidad, radica en cómo se construye la actividad en el tiempo y en los momentos de la mediación, tanto en el desarrollo de actividades colaborativas como en la tutoría, ya que éstos, por la naturaleza de la modalidad son de carácter asincrónico y no presencial. El diseño de estas actividades debe integrar una variedad de medios que en si constituyan una unidad comprensible en sí misma conocida como medio integrado, capaz de mediar el contenido y su significación en el estudiante y articularse con otras unidades en estructuras jerárquicas modulares que constituyen inicialmente objetos de aprendizaje, los cuales al articularse nuevamente a través de una secuencia didáctica constituirán un programas de formación (Ramírez Montoya, 2007).
Para que el diseño de actividades en E-learning se centre en el enfoque sociocultural se debe tener especial atención en la proyección de las actividades donde la tecnología se integre en momentos que permitan la interacción en actividades colaborativas que impulsen la construcción de conocimiento y negociación de significados. Esto se proyecta desde el diseño del Objeto de Aprendizaje, el cual se constituye por secuencias entre propósitos formativos, problematizaciones, las mediaciones de contenidos, las actividades contextualizadoras que permiten la construcción de conocimiento y significado, momentos para la mediación pedagógica o de tutoría y la evaluación que permita evidenciar la significación del conocimiento en las estructuras cognitivas del estudiantes. Cada uno de estos elementos está estrechamente ligado a la tecnología y depende de la habilidad del equipo interdisciplinario que produce el objeto, seleccionar las mediaciones y aplicaciones pertinentes para cada requerimiento con respecto al propósito formativo teniendo en cuenta los aspectos técnicos y pedagógicos necesarios para construir objetos de aprendizaje de excelente calidad y ricos en medios.
Para finalizar, con respecto a la modalidad B-learning es preciso señalar que gracias a su naturaleza mixta, puede navegar entre las características de la presencialidad y el E-learning, permitiendo la inclusión de las tecnologías desde las fortalezas que ofrece cada una de estas modalidades expuestas anteriormente, de cara a los procesos de construcción colaborativa y actividad situada, que encuentran momentos y escenarios propicios dentro de esta modalidad.
Referencias
COLÉ, M. (1996). Cultural Psychology. A once andfuture discipline. Mambridge, MA: Harvard University Press. (Traducción castellana en Morata)
Fernández-Cárdenas, J. M. (2009). Aprendiendo a escribir juntos: Multimodalidad, conocimiento y discurso. Monterrey: Comité Regional Norte de Cooperación con la UNESCO / Universidad Autónoma de Nuevo León.
Fernández-Cárdenas, J. M., & Silveyra-De La Garza, M. L. (2010). Disciplinary knowledge and gesturing in communicative events: a comparative study between lessons using Interactive Whiteboards and Traditional Whiteboards in Mexican schools. Technology, Pedagogy and Education, 19(2), 173-193.
Heredia Escorza, Y., & Romero Murguía, M. E. (2007). Un nuevo modelo educativo centrado en la persona: compromisos y realidades. En A. Lozano Rodríguez, & J. V. Burgos Aguilar, Tecnología Educativa en un Modelo de Educación a Distancia Centrado en la Persona (págs. 53-75). México: Limusa.
Lacasa, P. (2002). Cultura y Desarrollo. En P. Herranz Ibarra, & P. Sierra García, Cultura y Desarrollo (págs. 17-50). Madrid: UNED.
Montes, J. & Ochoa, S. (2006). Apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación en cursos universitarios. Acta Colombiana de Psicología 9(2), 87-100.
Ramírez Montoya, M. S. (2007). Administración de objetos de aprendizaje en educación a distancia: experiencia de colaboración interinstitucional. En A. Lozano Rodríguez, & J. V. Burgos Aguilar, Tecnología Educativa en un Modelo de Educación a Distancia Centrado en la Persona (págs. 351-373). México: Limusa.
Wenger, E. (2001). Comunidades de Práctica: Aprendizaje, Significado e Identidad. Barcelona: Paidós.
MonjeTec
domingo, 22 de abril de 2012
lunes, 19 de marzo de 2012
Análisis de El reto de la radio interactiva y la tutoría virtual.
El Radio-chat
El radio-chat es
una implementación que permite integrar las cualidades de la radio, la
atemporalidad de internet y la retroalimentación del chat en un ambiente de
aprendizaje. El radio-chat nació de la necesidad de eliminar cuellos de botella
en los procesos de retroalimentación en los procesos de tutoría, asesoría y
enseñanza que requiriesen la convergencia de un número amplio de estudiantes en
los espacios de educación a distancia de la universidad virtual del Tec de
Monterrey. Estos procesos se realizaban vía chat y siempre se descubría el
docente en algún momento sobrepasado por la cantidad de información que debería
canalizar a modo de retroalimentación de los interrogantes planteados por sus
estudiantes. De esta forma y atendiendo a las positivas cualidades de la radio,
las cuales se entienden como generadora de actividad y no un mero transmisor de
información, las características de asincronía que brinda internet y que deben
ser contempladas en el dimensionamiento de un currículo de educación a
distancia y las fluidez de la información en el chat, se integra una
herramienta donde se emplea la radio en la difusión del contenido y su
contextualización guiada en la práctica, con la posibilidad de acceder en
cualquier momento a la información y que permite conectar a enseñante y
aprendiente a través de un chat que se extiende en un periodo de tiempo más
amplio que permita la efectiva retroalimentación la eliminación de los
problemáticos cuellos de botella.
Audio y Video en
internet con fines educativos.
El audio y el
video se deben entender como dos mecanismos de codificación y mediación que apoyan
procesos aunque el fin último sea la recreación del lenguaje verbal en los
procesos superiores de pensamiento en un aprendiente presentan unas ventajas
claras que pueden ser aprovechadas en los ambientes virtuales de aprendizaje. En
primera medida son mediaciones que permiten presentar los estímulos de manera más
atractiva y representativa apalancando los procesos motivacionales inherentes al
proceso de aprendizaje. En segunda instancia el ejercicio de evocación
necesario para la decodificación de un mensaje permite una interiorización más
efectiva del aprendizaje y nos permite una guía más clara en el establecimiento
de actividades que integren el conocimiento científico y el conocimiento
cotidiano. A lo largo del tiempo se ha demostrado que la retención de
información aumenta considerablemente cuando se emplean estas mediaciones sobre
la palabra escrita.
El aprendizaje
móvil (M-learning)
El aprendizaje
móvil es la presentación de los ambientes virtuales integrados a los
aplicativos o portales compatibles con dispositivos móviles. Esto presenta un
serie de ventajas en el momento de reparar en las limitantes de acceso que
pueda presentar un estudiante con respecto a su ubicación y tiempo. No se debe
considerar el M-learning una modalidad en sí misma, es una vertiente de apoyo
dentro del E-learning y por tanto se debe acoger a las pautas de este y no
desarrollar el curso en función a dichos dispositivos, mas sin embargo contemplar
las facilidades que pueden prestar a estudiantes y docentes.
Referencia
Burgos Aguilar, J. V. (2007). El reto de la radio interactiva y la
tutoría virtual. En A. Lozano Rodríguez, & B. A. Vladimir, Tecnología Educativa en un Modelo de Educación a Distancia Centrado en la Persona (págs. 241-276). México: Limusa.
lunes, 20 de febrero de 2012
Twitter, Cultura y Desarrollo.
Para entender Twitter desde el texto de lacasa (2002) es
preciso iniciar por su aproximación al desarrollo humano y de qué manera se
convierte en un instrumento capaz de influir en la cultura. Twitter se perfila
como un instrumento material, en el contexto de la maquina y sus desarrollo
tecnológicos, pero más importante es su carácter de instrumento ideal, capaz de
construir significados a una velocidad sin precedentes que negocian la cultura,
no solo entre miembros de una misma comunidad, sino que trascienden y negocian
estos significados en una escala global. Es decir, desde la perspectiva
filogenética, Twitter es un poderoso instrumento capaz de influir en las
culturas del mundo y por ende en su desarrollo. Ya hemos visto en el último año
como culturas a lo largo de oriente medio, aparentemente inamovibles durante
siglos, fueron radicalmente renegociadas y transformadas en sus aspectos más
profundos gracias a la entrada de herramientas web 2.0 como lo es Twitter.
En un ámbito menos dramático, Twitter ha empezado a
redefinir un sinfín de actividades y prácticas cotidianas, utilizando el
lenguaje de una manera concreta y una sintaxis limitada que redefine las formas
del relato, que lleva las nuevas formas discursivas propias de la web al límite,
donde la opinión es concreta, donde la información se atomiza y multiplica sus
fuentes, pero disminuye en profundidad, donde proliferan los líderes de
opinión, donde el ciudadano común se legitima al participar del cambio en tiempo
real y el mismo se abre las posibilidades de ser líder de opinión, pues ahora
el mass media está disponible en el mouse de su computador.
Twitter y las herramientas web 2.0 están redefiniendo
nuestros marcos conceptuales, nuestras formas de instrucción, donde el
conocimiento debe ser democráticamente construido y democráticamente consumido.
Los niveles de especialización en su consumo llegan a detalles subatómicos,
pues está ahí la información, pero es tanta que la consumimos a nuestro antojo,
de forma autónoma y caprichosa. Esto desemboca en la diversificación de
visiones de mundo, completamente heterogéneas que ya no se uniforma sobre las
normas de la cultura dominante, pero que negocia el respeto desde lo diverso ya
que nos hacemos consientes de la otredad desde lo que soy y no desde lo que no
soy, pues estas formas egocéntricas solo se conciben desde las mayorías, pero
al crear cultura a medida que la consumo y la transformo en un ejercicio de
estas dimensiones, de manera conciente y con un pensamiento correcto, solo podré afiliarme a la humanidad.
Referencia
Lacasa, P. (2002). Cultura y Desarrollo. En P. Herranz Ibarra, & P. Sierra García, Cultura y Desarrollo (págs. 17-50). Madrid: UNED.
Una buena forma de utilizar twitter en el ambito educativo
Twitter puede llegar a ser un instrumento de difusión, poderoso y viral, que apoye la creación de una convergencia o mix de medios que apoyen la práctica docente. Es preciso conocer sus ventajas y limitaciones; es evidente que por su limitación a 140 caracteres no podremos centrar la entrega del conocimiento en el, simplemente tiene una limitación semantica que no admite la complejidad del conocimiento. pero por otro lado su capacidad de difusión de altisima velocidad es el medio perfecto para mantener al día nuestra cátedra, tanto al recibir como al entregar recursos y referencias valiosas e información puntual relevante.
domingo, 5 de febrero de 2012
Dispositivos móviles y portátiles en el aula
Los nuevos dispositivos tecnológicos móviles y portátiles,
al igual que las tecnologías que han sido introducidas en el aula en el pasado,
deben tener cabida en ella, pero como parte de una intensión especifica en la
actividad docente y no como elementos distractores que entran en ella por
voluntad del estudiante. El maestro puede contener y resistir el embate de la
entrada de estas nuevas tecnologías y después de algunas rabietas logrará
desterrarlas de su salón o puede acudir a ellas para reforzar su práctica.
Estas
tecnologías pueden apoyar el currículo desde la concepción de una nueva
mediación que aporte en una convergencia de medios como apoyo a la
presencialidad, como aplicativos que medien en modalidades E-learning o
B-learning o ya sea con el diseño de material didáctico. Bien administradas
permiten un dialogo fluido y asincrónico extendiendo la formación más allá del
aula y permitiendo el seguimiento efectivo de los avances del aprendiz.
Al utilizarse como mediación en procesos educativos que
rompen la jerarquización docente-estudiante y que eliminan la espacialidad, se
atiende a un modelo de educación centrado en el estudiante donde la
construcción de su conocimiento pasa por la autonomía, la autorregulación, la
autodeterminación, la autovalía; es decir constructor activo de su proceso de
formación y por estas característica y la naturaleza de la codificación que
hace de la información y la interacción como dispositivo móvil de uso
individual, hablaríamos de estar desarrollando habilidades descontextualizadas
en un modelo constructivista y por su rasgo solitario desde el paradigma psicogenético.
Lo anterior no quiere decir que no se pueda incluir estas tecnologías en
prácticas situadas, donde el paradigma sociocultural y la construcción
colaborativa de conocimiento estén presentes, pero considero que su mayor
potencial se encuentra en la mediación asincrónica y a distancia.
Al plantear este escenario y acudir a la codificación de
información, estamos haciendo referencia a que el seguimiento del desarrollo de
la habilidades superiores del pensamiento es desde la palabra, siendo así,
desde las habilidades argumentativa, dialógicas, significativas, analíticas, sintéticas,
entre otras, podremos evidenciar los avances formativos del estudiante.
Bienvenida
jueves, 2 de febrero de 2012
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